Experiencias y buenas prácticas en restauración fluvial

El pasado sábado 18 de abril de 2015 en Horta de Sant Joan se celebró una jornada sobre restauración fluvial dedicada a concienciar, formar y asesorar, a los gestores municipales y personas vinculas con la gestión del agua.

Jornada Restauración Fluvial. Desde la práctica a la teoría.La mañana comenzó con un recorrido por la cuenca media del río Algars en los municipios de Caseres, Horta, Arens y Lledó con el objetivo de mostrar ejemplos de restauración fluvial necesarios para mantener un buen estado ambiental del cauce. La primera parada se realizó frente al núcleo urbano de Caseres donde las tres últimas avenidas extraordinarias han depositado una barra de sedimentos, en parte atrapados por vegetación alóctona, que disminuye la sección hidráulica y genera un mayor riesgo de inundación a las instalaciones públicas y las casas más bajas del pueblo. Se discutió sobre la bondad de la solución que se había dado a este problema, que consiste en la recolocación de unos 19.000 m3 de sedimento en otros puntos del cauce procurando la menor afección por el obligado trasiego de maquinaria.

En segundo lugar fue un punto significativo cerca del Mas de García, donde hay importantes acumulaciones de basura y vegetación muerta. El debate en este punto surgió sobre la conveniencia de utilizar métodos y medios manuales o mecánicos, apostando por los primeros ya que son más respetuosos con el entorno y causan menor impacto.

La tercera parada se realizó en la actual toma de agua de Arens, azud de reciente construcción que ha sido dañado por las riadas de noviembre y marzo pasadas. El ejemplo sirvió para mostrar la afección negativa que generan las obras transversales ya que generan fuertes erosiones en las márgenes. Siendo necesario invertir mucho tiempo, esfuerzo y presupuesto para la estabilización de las mismas.

La última parada fue la visita a la zona del Mas de Bellido, en la confluencia del río Algars con el río Estrets, justo donde se localizaba la antigua estación de aforos n 127 que fue destruida por la fuerza de las agua de la avenida del 23 de octubre de 2000. En la margen derecha se ha provocado una inestabilidad del terreno y la erosión del pie del talud ha continuado socavando el terreno hasta que se ha producido un deslizamiento gravitacional de ladera afectando a unos 2000 m2 y a unos 40 m de las escolleras colocadas como consecuencia de esa avenida del año 2000.

Toda la visita transcurrió desde la óptica de hacer compatible el uso que hace el hombre de los espacios fluviales y cómo la naturaleza fluvial de los cauces nos muestra con su sabiduría cómo debe de ser su relación con nuestro entorno fluvial. Todo este recorrido estuvo guiado por Carlos Loaso, técnico de la Agencia Catalana de Agua, apoyado por Alfredo Ollero y Pedro Boné.

De la práctica pasamos a la teoría

Cristina Monge, Directora de Conversaciones de ECODES, nos detalló los hitos más significativos del proyecto “Experiencia de restauración fluvial participativa en el Contrato del Río Matarraña” que se está gestionado con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, siendo esta jornada una de las actividades más importante junto la publicación de la Guía sobre buenas prácticas en restauración fluvial especial de la revista esPosible dedicada monográficamente a la restauración fluvial. En los próximos días se convocará la XIII edición del concurso Artístico y de Relatos “Matarraña Vivo” dirigido a los centros educativos de la cuenca del Matarraña. [VER presentación]

Alfredo Ollero, Profesor Titular de Geografía Física del Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Zaragoza, investigador del Instituto de Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA) y Presidente del Centro Ibérico de Restauración Fluvial (CIREF), nos habló sobre “Restauración fluvial: principios, buenas prácticas y ejemplos”. [VER presentación]

Presentó las líneas generales de la “Guía de buenas prácticas en restauración fluvial”. Nos señaló la importancia de la recuperación ambiental en nuestro siglo y explicó el concepto de restauración fluvial y sus principios básicos y objetivos. Teniendo en cuenta las dificultades para conseguir restaurar nuestros ríos, expuso la rehabilitación como buena práctica posibilista, comentándose en qué líneas se ha avanzado en España en los últimos años y qué aspectos de la restauración fluvial quedan como asignaturas pendientes o retos de futuro.

Prestó especial atención a las buenas prácticas en restauración o rehabilitación fluvial que se presentan en la guía, que responden a 10 objetivos diferentes de la gestión de los ríos. Por último, se repasaron ejemplos relevantes de algunas de esas buenas prácticas, en concreto la demolición de presas, la eliminación de vados, los pasos para peces, la devolución de espacio o territorio fluvial, el retranqueo de motas, los desencauzamientos y descanalizaciones, la aportación de sedimentos, la reconexión de cauces, la creación de hábitats y el seguimiento. Son prácticas menos conocidas y en algunos casos aplicables a la cuenca del Matarraña.

La siguiente intervención estuvo a cargo de Tony Herrera - Director Gerente en MEDIODES, Consultoría ambiental y paisajismo, S.L. y socio fundador del CIREF. Su ponencia versó sobre “Lecciones aprendidas: casos prácticos de restauración fluvial”. Comentó, que la situación de partida en muchos países ha sido muy similar a la existente en nuestro país, donde las crecidas de los ríos y las inundaciones y daños que éstas provocan se han venido incrementando de forma general en paralelo al incremento de sus niveles de desarrollo, y por tanto, de la ocupación física y en intensidad por diferentes usos de las llanuras fluviales (llanuras naturales de inundación de los ríos). Sin embargo, los países más avanzados han aprendido las lecciones de la naturaleza y en la mayor parte de ellos esto ha modificado la forma en que se pretenden paliar los riesgos y daños. Tal es el caso del "Room for the River Program" desarrollado en la cuenca del Rin (Holanda), el Plan Sigma (Bélgica) o el Flood Safe en California. Estos tres proyectos señalados como ejemplos internacionales, tienen en común la visión largoplacista, ajena a vaivenes de la política local o nacional. En los tres casos se asume que la inundación es un fenómeno natural y necesario, por tanto inevitable, y las soluciones para evitar los daños y el riesgo para las personas pasan principalmente por recuperar espacio para el río. En general se busca favorecer la inundación en zonas de cultivo, indemnizando a los agricultores y evitando que estas se produzcan en zonas urbanas donde los riesgos para las personas o los daños económicos pueden ser muchísimo mayores y cuantiosos. También tienen en común el amplio consenso social mediante la participación pública y el objetivo fundamental e ineludible de la mejora ambiental de los ríos, potenciando sus ecosistemas y procesos naturales, a la vez que se ponen en valor nuevas oportunidades económicas (de turismo y ocio fundamentalmente). También se ha señalado que en España se están empezando a ver ejemplos en la línea de los proyectos internacionales mencionados, destacando la iniciativa en este sentido mostrada por la Confederación Hidrográfica del Duero y poniendo el ejemplo concreto del proyecto de restauración fluvial del soto de Tetones (Tudela, Navarra), desarrollado por el gobierno de Navarra y en el cual se ha recuperado espacio para la inundación fluvial restaurando ecosistemas y procesos naturales del río. [VER ponencia]


Celia García Asenjo, del Programa de Educación Ambiental y Voluntariado en Ríos de la Confederación Hidrográfica del Duero, nos relató qué es y cómo funciona la Escuela de Alcaldes. El título de su ponencia fue “La Escuela de Alcaldes de la Confederación Hidrográfica del Duero, una herramienta de apoyo a la gestión fluvial”. El proyecto Escuela de Alcaldes de la Confederación Hidrográfica del Duero tiene como objetivo facilitar formación e información a las Administraciones Locales en diversos aspectos de la gestión del agua y de los ecosistemas fluviales teniendo a los ríos como eje conector. En esas jornadas se tratan temas de gestión como el marco jurídico y competencial, sistemas de depuración sostenible, la prevención de inundaciones mediante la ordenación del territorio y problemas ambientales como las especies exóticas invasoras. [VER presentación]

Además se genera un foro de participación y debate, profundizando en el conocimiento y comunicación entre la administración hidráulica y la local.
Carmelo Marcén, maestro y geógrafo. Autor del Bloc Eco's de Celtiberia relató las conclusiones de la Jornada.

ENCUENTRO CONTRATO DE RÍO

Como en todos los procesos reflexivos surgen una serie de palabras clave, que son también la expresión de una serie de ideas que fluyen en este tipo de acciones tan participativas. La primera es COMPROMISO, que se ha hecho visible en la formalización de un contrato con el río y de la presencia en la jornada final. Aparece enseguida aprender actuando para devolver a los ríos al menos una parte de la libertad perdida. Pero para actuar se definen unos cuantos supuestos: deben predominar las buenas prácticas, la actuación debe ser progresiva, no importa que sea lenta y, ante todo, debe apoyarse en una serie de principios compartidos: hay que delimitar muy bien qué es y cómo sería deseable. Para ello se requiere una nueva metodología en la acción, que lleve a la cultura social, la de nuestros pueblos en primer lugar, este nueva forma de entender la relación con los ríos.

Otra justificación cabe además: las actividades de restauración de cauces fluviales son un nicho de actividad económica potente: hay muchos que arreglar y queda bastante tramo de actuaciones informativas para cambiar la forma de ver los ríos, costas montañas, etc.

Si nos ocupamos en responder al cómo sería deseable, debemos establecer una serie de gradaciones que irían desde lo posible hasta lo no realizable nunca. Si lo traducimos a escenarios de actividad, encontramos la restauración, alguien apunta que utópica en algunos casos, hasta la rehabilitación, que en muchos lugares parece más realista. Para ambos supuestos son necesarias estrategias coordinadas y secuenciadas: pensar y hacer ciencia aplicada para educar, cambiar de mentalidad implica desaprender, compartir para ayudar a decidir y saber cómo actuar. Y después de todo esto valorar los procesos y los resultados, para saber si hemos hecho o no restauración, para convivir con el río, para después encontrar entre todos unos objetivos a futuro que sean compartidos y consoliden las buenas prácticas.

No partimos de cero. De lo ya hecho quedan muchas lecciones aprendidas. Hemos de:

• Aprovechar los recursos ecosistémicos que se nos presentan entrelazados: abastecimiento, regulación y servicios culturales.
• Mejorar la relación ríos/territorio y sociedad; y viceversa.
• Modificar la visión antrópica de la naturaleza, a partir de actuaciones formativas y de intervenciones a medio y corto plazo.
• Conocer las buenas prácticas existentes cerca y lejos para implicarnos más.
• Desechar las malas prácticas.
• Evaluar los efectos para mejorar la visión integral del río, que sin duda traerá menos gastos económicos por los deterioros futuros.
• Fomentar la participación de todos.

Todo esto solo se consigue con una educación, que se apoya en complicidades, que forma a los participantes para ver el río de otra forma, que se apoya en una buena comunicación, que se fundamenta en el COMPROMISO.

El cierre de la jornada fue la presentación de la asesoría que se pone al servicio de los gestores municipales para responder las dudas que les puedan surgir, tanto conceptuales como sobre posibles actuaciones en el entorno fluvial.